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BIOMETRÍA EN LA ÉPOCA DE LAS CIUDADES INTELIGENTES

Cada vez es más común escuchar y encontrarse el término biometría, inclusive en los teléfonos celulares, pero ¿entendemos qué es y cómo es implementada? La biometría es un método utilizado para identificar rasgos únicos de una persona, lo que permite su clasificación y posterior identificación y se basa en el principio de que cada persona es única y posee rasgos físicos distintos (rostro, huella digital, iris de los ojos, etc) o de comportamientos (la voz, firma, forma de caminar, etc) (Rodriguez, 2009). Si bien en los últimos años se ha venido incorporando a cualquier cantidad de dispositivos tecnológicos no es algo nuevo, pues este método se ha utilizado desde el siglo XIX donde se buscaba identificar criminales o la identidad de personas con fines forenses, ahora bien, si queremos entender la forma en la cual es aplicada debemos comprender inicialmente su etimología, es una palabra griega, su significado; bio (vida) y metria (medida), lo cual significa que para identificar algún rasgo o característica en una persona mediante sistemas o equipos serán utilizadas sus medidas.

No obstante, los avances dados en la tecnología han permitido que este método sea más eficaz y eficiente, tanto al momento de capturar los datos requeridos como al procesar los mismos, ejemplo de ello es el uso de la huella digital necesaria para acceder a documentos personales (pasaportes, cédulas, carnet). En el ámbito tecnológico lo usamos para abrir puertas, desbloquear dispositivos móviles, de cómputo, acceder a retiros bancarios, viajes internacionales;de igual forma lo hace el reconocimiento facial, si bien este método es menos perceptible es usado en aeropuertos, dispositivos móviles y otros, todos tienen un factor común: datos biométricos concebidos para la seguridad.

De lo anterior entonces resulta la necesidad de adquirir datos que permitan alimentar estos dispositivos tecnológicos o softwares y aquí es donde aparece la necesidad de datos abiertos que aunque pudieran parecer una violación a la privacidad no son más que los producidos en contextos específicos, ciudades, territorios con la finalidad de beneficiar positivamente los procesos de transformación digital, la creación de territorios inteligentes, nuevos servicios públicos, la planeación territorial, la toma de decisiones y el acceso a la información de forma democrática e igualitaria (Cabello, 2022). Lo anterior permite la transición de una ciudad tradicional a una Smart City, una ciudad interconectada, de respuestas más ágiles, de procesos mucho más autónomos y rápidos; sin embargo, solo esto no sería suficiente para esta transformación, también se deben hacer cambios en cuanto a la gestión de los recursos (agua, energía, medio ambiente y gestión de residuos). Así mismo se deben fortalecer aspectos de la movilidad, la gobernanza que debe encaminar sus procesos a la transparencia y la participación, la economía basada en desarrollo de innovación comercial, turística, empleabilidad y emprendimiento; también debe potenciar su capital social y humano y propender por una inclusión digital y finalmente debe buscar que la calidad de vida de las personas tenga un incremento en aspectos como salud, vivienda, educación, seguridad, etc.

En el escenario actual la biometría viene cumpliendo un rol importante en el desarrollo de las Smartcities, ejemplo de ello es su implementación en proyectos como SCOPE que distribuye ayudas alimentarias a refugiados en América Latina y el Caribe mediante verificación biométrica, por su parte países como la India vienen usando este método en ámbitos como la salud bajo el programa BRAC (Bangladesh Rural Advancement Committee) en asocio con Simprints, que se enfoca en la identificación de mujeres embarazadas para garantizar sus controles prenatales, además de la posibilidad de obtener sus historias clínicas.

Como se expresó anteriormente, estos sistemas requieren de la disposición de datos abiertos, un ejemplo menos exitoso de la aplicación de la biometría es Nigeria donde su gobierno ha invertido miles de millones de nairas y ha desperdiciado recursos humanos y financieros en sistemas sin interoperabilidad a causa de la duplicación de datos, falta de estandarización en los procesos entre el gobierno, empresas privadas, organizaciones. Por su parte, Colombia mediante el convenio entre Certicámara el proveedor más grande de biometría del sector financiero y Asobancaria han buscado disminuir el fraude y la suplantación en el sector financiero mediante el uso de biometría dactilar realizando alrededor de 14 millones de cotejos dactilares anuales y desde 2016 más de 80 millones.Por otra parte, también ha implementado con gran efectividad pruebas piloto de la biometría facial con la Registraduría Nacional del Estado Civil (RNEC) mediante el acceso a fotografías tomadas para las cédulas de ciudadanía; este piloto apuesta a que en diciembre de 2022 se pueda dar inicio al reconocimiento facial por parte de entidades financieras (Vanguardia, 2022), establecimientos como SmartFit con alrededor de 250 mil usuarios en Colombia y más de 2 millones a nivel mundial y cómo estos pueden acceder a sus sedes.

En Colombia, la RNEC posee la base de datos más grande del país en cuanto a huellas,fotografías, datos de nacimiento;de igual forma lo hace Migración Colombia con BIOMIG (iris), la policía nacional con su sistema APPOLO, este último tiene el proyecto ABIS (Automated Biometric Identification System) un sistema multibiométrico que se está desarrollando en la actualidad (Karisma, Fundación, 2019).

Finalmente es importante entender la magnitud económica de la industria biométrica, el reconocimiento facial estima para 2024 alrededor de 1.300 millones de dispositivos capaces de soportar esta tecnología, lo que traducido en pesos equivaldría a un crecimiento de alrededor de 7.000 millones de dólares.Por su parte, el reconocimiento de voz espera a 2025 un estimado de 27.16 billones de dólares en ámbitos como los call center y la industria automotriz; de igual modo, el reconocimiento de huella dactilar que para 2018 se encontraba en un 96.5% de los smartphones espera que en 2024 sean 4.600 millones de smartphones, en cuanto al reconocimiento de firmas electrónicas durante el año 2019 alcanzó un estimado de 951.3 millones de dólares y espera para el año 2023 alcanzar los 9.070 millones de dólares (Campillo, 2021).

Bibliografía